Las negociaciones entre la empresa encargada de los servicios de mantenimiento de la base aérea de Morón y los trabajadores han finalizado este miércoles sin un acuerdo para evitar el despido de 55 trabajadores. Se trata del tercer ERE que sufre el recinto militar desde la llegada en 2010 de la compañía Vinnell-Brown & Root Spain (VBR). En señal de protesta, la plantilla ha iniciado un "encierro indefinido" en la delegación de Empleo en Sevilla, según el presidente del comité de empresa, José Armando Rodríguez. "De ahí no nos moveremos hasta que el Gobierno de EE UU y el de España nos den una solucion", ha señalado.
Rodríguez ha asegurado que la última propuesta de la empresa ha sido, "sencillamente, insultante". "A las indemnizaciones de 20 días de sueldo por año de servicio, con un tope de 12 mensualidades, han sumado 6.000 euros lineales a cada uno de los afectados", ha explicado el presidente. Rodríguez ha recordado que durante estas semanas los trabajadores han presentado a la compañía otras alternativas: desde un plan de viabilidad para evitar los despidos hasta un ERTE o un plan de "reestructuración" de la plantilla, que contemplaba, entre otras medidas, una congelación de salarios hasta 2019 y bajas voluntarias para cualquiera de los trabajadores mayores de 55 años con indemnizaciones de 45 días de sueldo por año de servicio. Rodríguez ha señalado que la empresa puede ahora comenzar a consumar los 55 despidos planeados, aunque ha manifestado que VBR no ha aclarado aún cuándo los hará efectivos.
Rodríguez ha cargado duramente contra el Gobierno central y más aún contra el ministro de Defensa, Pedro Morenés. "Está permitiendo que Estados Unidos haga lo que le de la gana en la base. El Gobierno central tiene la obligación de defender a los trabajadores españoles, que estamos siendo sustituidos por militares estadounidenses en activo", ha criticado. En ese sentido, Defensa recuerda que tras las negociaciones entre el ministerio y el Gobierno estadounidense la empresa redujo los despidos de 150 a 55.
Desde la llegada al recinto de la empresa, la plantilla española ha encadenado otros dos ERE. Uno en 2010, que afectó a 119 trabajadores; y otro en 2013, con 66 despidos —este último declarado improcedente por el TSJA el pasado abril—. Esta destrucción de empleo ha ido de la mano de un aumento de la actividad en la base debido a la estrategia del Gobierno de EE UU de ampliar en al menos un 50% la Fuerza de Respuesta para Crisis en África. El número de marines ha pasado en los últimos meses de 500 a 850 y el de aeronaves, de ocho a 17.
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